lunes, 10 de septiembre de 2007

Amores perros: La película de traiciones en la derecha




Esta semana el comportamiento de la Alianza pareciera ser un "remake" del filme. Traiciones, estocadas, quiebres, desaires, recriminaciones mutuas entre los senadores Andrés Allamand y Pablo Longueira, ahora por la paternidad de un proyecto laboral que, según Jovino Novoa, podría ser una “guagua deforme”. Con todo, la tragicomedia es para Sebastián Piñera una película de terror, que revive los fantasmas que sepultaron la opción presidencial de Lavín.

"¡Pregúntenle a Allamand, que es el encargado de los temas laborales de la Alianza!", ironizó el senador Pablo Longueira el martes, cuando un grupo de dirigentes sindicales le solicitó una cita para presentar sus demandas en la Comisión de Trabajo del Senado. La broma, que causó una risotada generalizada, no tenía gracia alguna para el legislador. Ofuscado, indignado, dolido y al borde del llanto, el representante de Santiago Oriente se aprestaba a hacer frente a una semana adversa, sólo comparable a aquellas del 2003, cuando era presidente de la UDI y debió enfrentar el caos del caso Spiniak, que terminó en marzo del año siguiente cuando el ex presidenciable Joaquín Lavín descabezó los partidos fueron destituidos Longueira y Piñera instigado por Andrés Allamand. Este último, paralelamente a la caída de los timoneles partidarios, se transformaba en el brazo derecho de Lavín.

En este episodio el senador por la X Región Norte que llegó a la Cámara Alta sin competencia con el gremialismo nuevamente fue el protagonista, ahora acusado por su otrora "socio" en la agenda laboral de la apropiación indebida de una propuesta que, según Longueira, le pertenecía. Otra vez, y en lo que Piñera denomina como "la enfermedad crónica de dispararse a los pies", la derecha vivió una semana donde los conceptos de traición y deslealtad marcaron la agenda, mientras que la palabra "unidad" quedó relegada a aquellos vocablos que figuran como letra muerta, todo ello con un añejo olorcillo a las reyertas que acompañaron la candidatura de Lavín y que terminaron por sepultarla.

AMOR MÍO, ¿QUÉ ME HAS HECHO?

Desde que asumió en el Senado, y cumpliendo el compromiso que adquirió para evitar una contienda con la "dama de hierro" de la UDI, la senadora Evelyn Matthei que deseaba postular por la X Región , Allamand se dedicó a tender puentes entre su partido y el gremialismo, aún herido por la sorpresiva irrupción de Piñera en mayo de 2005 en la carrera presidencial. Su rol lo desempeñó con eficacia y algunos dicen que involucró no sólo la cabeza, sino también el corazón, ya que inició un romance, que aún perdura, con la diputada UDI Marcela Cubillos. En 2006 debutó en dupla con Longueira en materia social en la discusión de la Ley de Subcontratación, y aunque en el epílogo del debate el ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, negoció directamente los términos del acuerdo con Longueira, quedó establecida la nueva pareja estrella de la oposición. La misma que rompió con escándalo, con recriminaciones mutuas y con un mutismo que sólo se horada para un frío saludo protocolar... de una sola vez, porque si se encuentran dos veces en el día, el desprecio propio de un par de "ex" se hace patente.

La historia del fin se remonta al 14 de agosto, cuando ambos conversaron con dirigentes gremiales de supermercados. Existe consenso respecto de que con ellos trataron cuatro materias: modificar la determinación del sueldo base haciéndolo igual al mínimo , remunerar los domingos trabajados, multar a las empresas por excesos en la jornada laboral y reglamentar el régimen de los empaquetadores. Lo que aconteció después de esto tiene dos versiones que contrastan entre sí. La de Longueira da cuenta de un vuelo Lan del 17 de agosto en que le habría explicado a Allamand por qué debían abocarse a legislar sobre demandas de los trabajadores materias que ha tratado durante años y que el 2006 lo tuvieron reunido con la cúpula de la CUT y de cómo éste se había comprometido a redactar los proyectos que llevarían la rúbrica de los dos. Después vienen los episodios ya conocidos: el parlamentario RN habría retrasado el envío de los bosquejos argumentando que el asunto no debía contaminarse con la movilización del mundo laboral y el viernes lo habría llamado para alertarlo acerca de una "filtración" a "La Tercera". La de Allamand, en tanto, no tiene fechas y se remite a una elaboración "de pe a pa" de las propuestas. Más allá de quién tiene la razón o quién miente en este entuerto, ante el país revivió una derecha de estocadas por la espalda.

TROPECÉ DE NUEVO...

Mientras las directivas encabezadas por Hernán y Carlos Larraín intentaron contener la debacle a través de la activación del Comité Ejecutivo, la instancia creada en la Convención de Valdivia en medio de las acusaciones cruzadas de haber roto el "fair play", Piñera observó con temor cómo el escenario que él le creó a Lavín poco a poco se comenzaba a rearmar, pero esta vez no sintió placer. Si ya la semana pasada, el accionista de Lan había frenado una queja pública de los parlamentarios de su colectividad en la cumbre valdiviana, preocupado por el efecto de las esquirlas de la polémica en su candidatura, ahora está de frentón angustiado.

En la Alianza es sabido que los sufragios que los separan de La Moneda son esquivos por dos motivos: razones ideológicas que corresponden al llamado voto duro o cautivo de la Concertación y electores que huyen por la ingobernabilidad que se le atribuye al conglomerado y que obedece a este tipo de conflictos.

De ahí que en la llamada que el jueves le hizo Piñera a Allamand la orden fue terminar la guerrilla de declaraciones, porque los costos en el corto plazo se cargan a la cuenta del inversionista, que no desea llegar a los comicios de 2009 con un pacto quebrado. El punto es que Piñera sabe, como lo demostró latamente hace más de una semana cuando condenó el "veto" del que se declaró víctima, que morderse la lengua no es fácil y que hasta las palabras más inocentes pueden ser, como diría Julio Cortázar, "perras negras". Un ejemplo de ello son las disímiles lecturas que acompañan una misma apreciación que resonó en los pasillos del Congreso durante esta confrontación. Allamand, para graficar su inocencia, lanzó un "ustedes a mí me conocen". Desde la UDI la réplica de uno de sus detractores fue un sarcástico "ustedes conocen a Allamand".

ITINERARIO DE UNA HECATOMBE

27 de agosto. La Comisión Política de RN invita a Sebastián Piñera al cónclave de la Alianza en Valdivia, desconociendo lo que el partido había acordado anteriormente con la UDI. El senador Andrés Allamand y los dirigentes Carlos Larraín y Miguel Otero son los que presionan a Piñera para asistir.

28 de agosto. La UDI rechaza presencia de Piñera en la convención. Oficialmente se habla de “no presidencializar” el encuentro. En los pasillos del Congreso, los senadores gremialistas murmuran que sus socios los han “pasado a llevar” con la invitación al candidato.

29 de agosto. En medio de la movilización de la CUT, Sebastián Piñera anuncia, a través de una misiva, que no acudirá a la cita de Valdivia, pero al mismo tiempo cuestiona los reparos de la UDI a su presencia. En una cena en Valparaíso, con la bancada de diputados de RN, el candidato prepara la contraofensiva a través de una carta que rechaza “el veto y la exclusión”. La idea es que el texto sea leído en el plenario valdiviano.

30 de agosto. Piñera vuelve a emplazar a sus socios, esta vez, a no chaquetearlo: “Es perfectamente legítimo que haya distintas aspiraciones presidenciales, lo importante es apoyar las propias y no tratar de debilitar las del partido aliado”, interpela.

31 de agosto. Inauguración de la cumbre aliancista en la X Región. El ambiente es tenso y ya en el larguísimo viaje hacia el sur surgen los primeros roces entre el portavoz UDI, Darío Paya, y algunos líderes de Renovación. A orillas del Calle-Calle se conoce la noticia de que Sebastián Piñera cenará en Santiago, en su casa, con un grupo de alcaldes gremialistas, y se filtra su carta de protesta. La cumbre está que arde.

1 de septiembre. Una encuesta publicada por “La Tercera” sitúa a la presidenta de la DC, Soledad Alvear, con el mismo piso de apoyo que Sebastián Piñera. Espantado, el inversionista frena a primera hora la difusión del documento crítico hacia sus socios de pacto, ante la certeza de que la polémica no hace más que perjudicar su opción presidencial.

2 de septiembre. Desde Santiago, Piñera se contacta telefónicamente con un grupo de periodistas reunidos en el Restaurante Kuntmann de Valdivia, y conmina a la derecha a “desterrar” el vocablo “veto” del pacto. “Nuestros adversarios políticos están al frente y no al lado”, proclama. El mismo día, un titular del diario “La Tercera” revela una propuesta para una reforma laboral al retail, supuestamente elaborada por el senador Andrés Allamand. Un nuevo foco de conflicto está en ciernes.

Los prolegómenos de la debacle

3 de septiembre. Andrés Allamand, en entrevista con La Nación, convoca a la UDI a levantar con prontitud un candidato propio para las elecciones presidenciales. La tienda de calle Suecia responde que el timing gremialista no le incumbe a Renovación, y de paso desecha respaldar la iniciativa legal del “halcón” RN porque, afirman, el senador Pablo Longueira trabaja en el mismo tema.

Para rematar, en la noche, los alcaldes gremialistas Pablo Zalaquett (La Florida), Gonzalo Cornejo (Recoleta), Carolina Plaza (Huechuraba), Mario Olavarría (Colina) y Gustavo Hasbún (Estación Central) acuden a cenar a la casa de Piñera. Las elecciones municipales se aprontan y los jefes comunales están inquietos, porque quieren contar con un candidato para posar en la foto de campaña. El alcalde Gustavo Hasbún habla incluso de que sería deseable un “irrestricto apoyo” al dueño de Chilevisión

El martes negro

4 de septiembre. Para desayunar –literalmente– el senador Jovino Novoa le advierte a Sebastián Piñera que “si se nos viene a meter aquí adentro [de la UDI] va a tener problemas”. Pero el verdadero conflicto está por estallar en el puerto.

La senadora Evelyn Matthei ha revelado que Allamand “se arrancó con los tarros” al anunciar el plan laboral y que la propuesta de regulación del trabajo en supermercados y grandes tiendas le pertenece en realidad al senador Pablo Longueira. Este último está ofuscado y se niega a dirigirle la palabra a Allamand. El RN, sin embargo, presenta oficialmente la normativa y afirma que ésta le pertenece “de pe a pa”. Longueira se niega a hablar con la prensa, pero accede a dar una entrevista a La Nación. “Aquí no existen las lealtades mínimas para trabajar en equipo”, declara.

5 de septiembre. Longueira continúa indignado. “¿Cómo se sentiría usted si a un socio le pasa un cheque en blanco y el socio cobra el cheque? Yo pensé que esta forma de hacer política estaba desterrada. Me engañó”, sentencia. Luego, quebrado, ejemplifica su situación como la de un marido engañado.

En Santiago, RN da un espaldarazo a Allamand nombrándolo representante del partido en el Comité Ejecutivo de la Alianza, lo que, obviamente, es leído en el gremialismo como una provocación.

Joaquín Lavín, en tanto, apela a la unidad del sector, y Sebastián Piñera reconoce que esta situación puede “lesionar” su candidatura.

6 de septiembre. La UDI descarta hacer un gesto similar al que hizo Renovación con Allamand, mientras Pablo Longueira admite ante sus cercanos que ha perdido influencia en los órganos formales del partido, pero advierte que mantiene su arraigo en las bases. Recluido en su oficina, el senador por Santiago Oriente prepara un proyecto laboral que pretende presentar la próxima semana, para recuperar un sitial que siente que Andrés Allamand, desde hace dos años su más cercano socio en el Parlamento, le arrebató con malas artes.

GUÍA DE RECETAS EN LA DERECHA

Enfrentada a un nuevo episodio de conflicto, la fórmula de la oposición es morderse la lengua en pos de la unidad, y hacer caso a los “papás” Larraín –Carlos y Hernán– para frenar los enfrentamientos, ojalá antes de que los dirigentes comiencen a sacarse los ojos entre sí. Los patrones de la derecha aseguraron a LND que los cincuentones del sector –en directa referencia a Andrés Allamand y Pablo Longueira, aunque este último acaba de cumplir 49 años– deben dejar los guantes de box y abrazarse, aunque sea para la foto.

Carlos Larraín, presidente de RN:

“Aquí lo que ha habido son un montón de incidentes chicos, circunscritos a los mismos actores. Yo no tengo la impresión de un caos generalizado. Las discrepancias están centradas en media docena de personas, todas ellas mayores de 50 años”.

Patricio Melero, diputado UDI:

“Acá no se pelea tanto, se pelea muchísimo menos de lo que se veía hace tres o cuatro años atrás al interior de la Alianza. Y, desde luego, mil veces menos de los conflictos que uno ve al interior de la Concertación”.

Baldo Prokurica, senador RN:

“Las diferencias entre algunas personas, por legítimas que éstas sean, hay que dejarlas de lado en aras de la unidad de la Alianza. Mi receta es unidad, unidad, unidad, eso es todo, aunque sea con dolor y sacrificio. La unidad es lo único que le puede dar gobernabilidad a nuestro sector”.

Marcelo Forni, diputado UDI:

“Nuestra enfermedad tiene un fácil remedio, pero no hemos sido capaces de inocularnos la vacuna que nos permita no tener el virus. Para eso debemos evitar abrir flancos de conflicto, la incontinencia verbal y entrar en más conflictos”.

Cristián Monckeberg, diputado RN:

“Unos pocos con mucha tribuna, mucho micrófono, están tirando el carro para un sentido que no corresponde. Que los que tienen muchas ganas de hablar aprendan a cerrar la boca. No pueden dar la impresión que esto es un caos total, porque no lo es. La mayoría no está en ésa”.

Pablo Zalaquett, alcalde UDI:

“Sí, estoy de acuerdo con que tenemos esa enfermedad de dispararnos a los pies. Quizás somos un poco individualistas”.

Francisco Chahuán, diputado RN:

“La Alianza sigue trabajando unida. Ha habido algunos problemas, pero uno tiene que aprender a convivir. Estas son reacciones periféricas que no representan a los partidos”.

Felipe Salaberry, diputado UDI:

“Tenemos que dedicarnos a trabajar y evitar darse gustitos personales. No sigamos boicoteándonos”.

Gonzalo Müller, experto electoral de la UDI: “Lo de Longueira y Allamand no fue algo menor”

Para el dirigente gremialista, el episodio de esta semana marca las confianzas en el futuro de la Alianza: “Si hay maltrato en el pololeo, uno sólo puede esperar violencia para el matrimonio”, señala. El recado a Piñera es que no ha tenido ningún gesto que reconozca la importancia de la UDI y que dicha tienda no está dispuesta a firmar un cheque en blanco.

La llegada de la primavera es linda en todas partes, pero lo es un poquito más en los faldeos cordilleranos de San Carlos de Apoquindo. Desde la altura, donde se instala la Universidad del Desarrollo, la cara optimista del modelo se hace más evidente y la discusión sobre el millón de chilenos que ganan menos del sueldo mínimo tal vez no suena tan urgente. En el patio un grupo de alumnas conversa sobre un futuro viaje a Brasil al departamento de otra amiga, mientras la mayoría se instala en un living a ver el partido de fútbol que marca el inicio de la era Bielsa. Con Gonzalo Müller, el experto electoral de la UDI, que también dirige la carrera de Ciencia Política en el plantel de figuras emblemáticas del gremialismo, como Lavín, Larroulet, Silva Bafalluy y el Choclo Délano, nos tomamos un espumoso café para aquilatar los sobresaltos de una semana donde la derecha se enfrentó, como en un cuento de terror, a ciertos fantasmas que resistan cualquier exorcismo.

¿El afán de protagonismo de Allamand terminó con el clima de unidad que venía intentando la derecha?
Lo único claro es que este capítulo, que inició Andrés Allamand el día domingo, no fue de unidad. Hizo resucitar fantasmas del pasado, desconfianzas atávicas, conductas que parecían desterradas.

¿Te sorprendió el episodio de Allamand?
Uno puede pecar de inocente, pero sí, me sorprendió. Creo que fue un cambio de rumbo. Si uno lo mirara en una constante histórica, este es un Allamand que se parece más al Allamand de antes de la travesía del desierto.

En el medio siempre se comenta que Allamand es el campeón de las filtraciones a los diarios.
Sí, pero más allá de juzgar intenciones, de si hubo la búsqueda de esa pequeña ventaja, está claro que su acción provocó un daño a la unidad de la Alianza.

¿Pero no debía Longueira comerse el ego y no perder la oportunidad histórica de la derecha de tomar iniciativa de la agenda laboral, justo en la semana que Bachelet cae de la barrera sicológica del 40% de apoyo?
Efectivamente, esa era una opción. Pero más importante de lo coyuntural, de lo puntual, de la pequeña ventaja, de marcar la agenda o aprovechar esa semana de debilidad máxima del Gobierno, Pablo tuvo una visión. Dijo: "Aquí estamos construyendo una alternativa de Gobierno y esa alternativa no se puede construir en base a la desconfianza, y a que uno tenga que mirarse todo el día la espalda a ver quién está atrás". Por eso algunos han dicho que éste es un hecho menor, pero no es un hecho menor.

¿Por qué no? ¿Qué denota?
Denota que aquí falta construir puentes de confianza para que esto de las duplas se haga realidad y por tanto es una prueba. Pablo en eso ha sido súper generoso, súper líder en establecer él una dupla con Andrés Allamand, lo que era impensado. Era un símbolo de esta nueva Alianza que se quería construir: Longueira y Allamand trabajando juntos en temas país. Para él, y yo lo entiendo así, esto no fue un hecho menor, pues atentó contra lo que va a ser el fundamento de esta nueva Alianza. Con toda razón pensó que esto era algo que había que resolver hoy y no en dos años más.

Desde afuera se ve como una pataleta de Longueira.
Sí, pero Longueira no es de pataletas. Si uno entiende su trayectoria sabe que es un hombre que va más allá de lo que la opinión pública pueda mirar en el minuto. Y si algo se le ha reconocido siempre a Pablo es que ha tenido la visión suficiente como para zanjar temas dolorosos en su minuto, aunque sean incómodos. Y hoy es el minuto. En eso reconozco a Pablo esa visión de Estado, esa visión de líder para saber que esto es lo que va a poder destruir quizás una alternativa futura, y por lo tanto hay que construirla y solucionarla ahora.

Pero a veces en política tienes que comerte la mierda cuando hay un objetivo superior, ¿o no?
No, hubiera sido un error comérsela porque al final es como las pequeñas peleas de los matrimonios. ¿Cuáles peleas son las importantes? Las del comienzo, no las del final. Las del final se van a alimentar de temas no resueltos. Cuando uno tiene una relación de pareja, las primeras discusiones son clave porque si no ésas te van a perseguir siempre, y porque no te tomaste el café te van a sacar en cara que llegaste tarde. Y en este caso el tema de la confianza no es menor: si hay maltrato en el pololeo uno sólo puede esperar violencia para el matrimonio. Este es un tema de confianza porque aquí se estaba embarcando al partido y se está embarcando a más de un millón de chilenos que confían en la UDI, en un proyecto. Pablo tiene el suficiente liderazgo y convicción moral como para decir "ojo, si nos vamos a embarcar en esto y vamos a ir adelante con este proyecto, tiene que existir confianza". Si no, después no podemos estar dando explicaciones.

¿No está mal acostumbrada la UDI a hacer política con el concepto de club de amigos? Pequeñeces siempre va a haber.
Ahí no estoy de acuerdo. La UDI no está acostumbrada a la política de la ventaja pequeña.

Eso no es toda la política, pero también es parte de ella.
La UDI, desde su origen, tiene una visión crítica de la política y no es buena jugando a esta política de la ventaja del "mira, no, espérame aquí, yo voy a ir a preguntar algo y vuelvo". Y afuera están los periodistas y yo doy la conferencia. En esa política la UDI nunca ha sido buena.

¿Allamand y Piñera representan la política de las pequeñas ventajas?
No me atrevería a juzgar. Hay mucha gente que ha dicho "volvió el Allamand de toda la vida". Creo que es injusto, pero no puedo dejar de decir que dio pie a que muchos lo pensaran. Fue un error, un paso en el sentido contrario a la unidad.

¿Lo de Allamand es el síndrome de la rana y el escorpión?
Creo que él tiene un liderazgo dentro del mundo de RN y tiene una forma de hacer política que le ha llevado a construir ese liderazgo. Pero también creo que tiene la capacidad de superar cualquier pequeñez y construir esta Alianza. Incluso lo dijo Longueira, desde su dolor, que espera una reacción de Allamand.
Pablo se podría haber hecho el loco y haber seguido juntos y decir "no, si total yo en la próxima, ¡pum!, le gano el quién vive, hago un proyecto y lo presento". Eso no va a existir porque Pablo Longueira no es así. Y no va a existir porque para la Alianza eso es nefasto.

¿Por qué Allamand no entiende a la UDI, si tiene hasta una polola UDI?
Creo que le cuesta entender la naturaleza del UDI. Es un hombre inteligente, pero a veces el río se sale por donde mismo. Lo relevante es que la Alianza construya un esquema de reglas, de confianzas, que saque lo mejor de la UDI y lo mejor de Renovación. Si pones un ambiente de desconfianza, lo que vas a terminar sacando es lo peor de cada uno, lo peor de Renovación, lo peor de la UDI.

¿Este episodio sobrepasa el intento de Larraín and Larraín de encauzar la derecha en un esquema de orden por sobre los individualismos?
Revela que se ha avanzado mucho en la unidad. Esta misma situación, hace cuatro años, no hubiera sido noticia. Una diferencia entre Allamand y Longueira, entre Piñera y Longueira, era de todos los días. ¿Cuál es la noticia? Lo relevante es que hoy, después de dos años de trabajo, se haya producido este episodio. Es una situación puntual, pero hay que controlarlo apenas aparece.

¿En la UDI se encendieron las luces amarillas?
Absolutamente. La UDI tiene empeñada su alma en construir una nueva Alianza, en construir una nueva mayoría para el país. Ha hecho actos de generosidad. La UDI es el partido más grande de Chile y no ha actuado teniendo en mente cómo mantener su ventaja. Ha sido muy generosa, se ha puesto en planos de igualdad con RN, igualdad que en la realidad no existe. Ha tenido una actitud generosa, humilde, respecto de Piñera. A algunos les gustaría que fuera aún más incondicional y que de la humildad pasara casi a la sumisión, pero eso no se va a producir porque todavía hay espacios de competencia.

LOS DÍSCOLOS UDI

Este episodio de Allamand y Longueira se mezcla con las escaramuzas por la cena de los alcaldes UDI con Piñera, donde afloraron las desconfianzas de los dirigentes históricos del gremialismo con el candidato RN.
Lo que revelan estas desconfianzas es que de parte de Piñera, si quiere liderar a la Alianza y quiere ser candidato único, no ha habido ningún gesto de reconocimiento hacia la importancia de la UDI.

¿Qué debiera hacer Piñera para que mañana la UDI lo acepte como el candidato único de la Alianza?
Es que hoy no tiene mucho que hacer en ese sentido. Es como pensar que la DC, que tiene hoy a la candidata de la Concertación mejor situada, que es Soledad Alvear, le saliera a pedir al PPD y al PS de que se olvidaran de Lagos y de Insulza. Creo que no son los tiempos. Obvio que Piñera puede tener la intención legítima de liderar este proceso, pero lo que vaya a pasar con él o con la Alianza los próximos dos años está por escribirse. La alternativa de ser Gobierno está por escribirse, todavía falta mucho por caminar. No bastan los errores de la Concertación y no basta tener un Gobierno mal evaluado. No basta la falta de liderazgo de la Presidenta Bachelet. Falta construir una alternativa en la cual los chilenos decidan depositar su confianza.

Da la impresión de que para la UDI, Piñera es un tema de guata, de piel.
Pero naturalmente. Piñera nunca hubiera estado en la UDI. Y eso es un dato de la causa. ¿Piñera representa fielmente el espíritu de la UDI? No, poh, no lo representa. Pero nadie le está pidiendo que lo haga tampoco.

¿Tienen miedo en la UDI que si Piñera gana se lleva la pelota para la casa?
No, yo no diría tanto. El temor no es respecto de él como persona, sino que aquí ni la UDI y creo que tampoco Renovación están dispuestos a firmar cheques en blanco.

¿Sienten que Piñera lleva a la política la lógica de los negocios?
Obviamente si mi actividad principal son los negocios, la tentación de llevar esa lógica a la política es natural. Y claramente la lógica de la política es muy distinta a la de los negocios. No basta con que me guste el producto y lo quiera comprar a ese precio, tengo que tener confianza en la persona que me lo ofrece. Las relaciones en los negocios son puntuales y temporales y las relaciones en la política, las alianzas, son permanentes y de largo plazo.

¿Les da la sensación de que Piñera quiere comprarlo todo en política, tal como lo hace en la bolsa?
No. Sería el error máximo de Piñera pretender que la lógica de la compra hostil de las empresas se pueda aplicar en política, porque es no reconocer el valor de las personas que están dedicadas a la política. Las personas están ahí porque tienen una vocación y podrán verse motivadas por intereses o por afanes de individualismo, sí, pero finalmente en todas hay una vocación de servicio.

La cena de los alcaldes con Piñera también mostró que la UDI aparece dividida por el tema presidencial. ¿Hay un quiebre generacional en la UDI?
No, obviamente que hay una diferencia. Hoy, la UDI está en un minuto de decisión. Y está conformada por personas inteligentes, cada una con cierto liderazgo y que no necesariamente van a tener una mirada única. Lo relevante es que tengan una mirada única al final.

¿No están los alcaldes de la UDI asemejándose a los díscolos de la Concertación?
Creo que sería injusto hablar de alcaldes díscolos, pero uno tiene que entender que no es casualidad que sean alcaldes. Los alcaldes tienen una visión, y están acostumbrados a que esa visión se lleve a cabo, son más parecidos al Ejecutivo. Y por lo tanto el colectivo para ellos no va en su naturaleza. En cambio, la UDI es un partido político y los partidos políticos son colectivos. Los partidos que pecan de exceso de individualismo tienden a morir. Si uno mira al PPD, el exceso de individualismo incentiva la desintegración.

¿No será que la sintonía de los alcaldes con el mundo real los hace estar más apurados en definir un candidato?
Sí, puede ser, porque ellos enfrentan en primera línea lo que ha sido el fracaso del Gobierno, el mal funcionamiento del Transantiago, la pobreza escondida, las dificultades del empleo; las urgencias para ellos están ahí todos los días y tienen que lidiar con eso.

Fuente: La Nación

4 comentarios:

Sandra dijo...

Profesor:

me parece de muy mal gusto que se hable o se discuta de politica, creo que no es tema de converzacion y menos para un ramo como este.

Roberto Mora C. dijo...

Discrepo lo dicho por Sandra, pero a nivel de que todo aspecto puede ser conversado. Lo que si, es que este tema no puede ser analizado individualmente, ya que ahi es donde se producen diferencias que no creo que sean beneficiosas para nosotros. A mi pensar creo que un debate monitoriado podria ser uan buena idea ya que como ve la politica crea conflicto y la idea de este curso va orientado a eso a "tratar conflictos" no a dejarlos pasar sin previa discusión madura con altura de miras.

yogaconflores dijo...

yo creo que el articulo hay que analizarlo desde el punto de vista de la negociacion, si este era el objetivo entonces considero que dentro de los partidos politicos independiente de cual sea este tiene que existir cohesion para demostrar seguridad frente a la poblacion y asi asegurar la preferencia que es el objetivo ultimo que persigue la politica, frente a este punto creo que este altercado perjudica la imagen publica de la alianza, pero no se debe olvidar que asi como este conflicto existen a diario muchos problemas y sinsabores en lo que a politica se refiere, puesto que al fin y al cabo ellos se basan en palabras, propuestas y sueños y su juego va en negociar con el pueblo cual de todas estas promesas son mas creibles y atrayentes para la votacion y viables economicamente para su ejecucion. creo que la solucion a estos conflictos es la utilizacion de alguien mas neutral de ambos partidos que actuen como mediadores en las discusiones y busquen llegar a un acuerdo que beneficie a ambos.

solange dijo...

Nose en que sentido es de mal gusto, para mi es un buen ejemplo a analizar en cuanto a la confianza dentro del equipo para entregar seguridad al cliente(pais), independiente si es de un partido politico u otro o de cuaquier empresa. Abstrayendome de mi tendencia polica creo que en un equipo cualquiera se debe tener cuidado con los egos de los integrantes, ya que muchas veces son los principales traedores de conflictos por la tonta pelea de quien figura mas. Lamentablemente para este articulo, creo que independiente de lo que se dice sobre el apoyo a un candidato que represente el pensamiento del partido, pienso que el verdadero problema es deseo que tienen algunos de lograr el poder aun cuando tienen muy claro quien es el canditato mas apropiado como lo dicen las encuetas. Pienso que deberian resolver ese problema primero (el de los egos)para poder lograr los objetivos.